EL ESCRITOR FANTASMA
La voz en la sombra de novelistas, políticos y empresarios.
Hay mucho que decir, pero no todos saben cómo hacerlo. En una época en que la competencia por captar la atención es cada vez más salvaje, el don de la escritura es un valor en alza. Podríamos decir que es un IMÁN: atrae a posibles lectores, clientes o votantes.
Es ahí donde entra en escena una figura que opera tras el telón, desconocida para muchos, pero fundamental en la creación de contenido de alta calidad: el escritor fantasma. En este artículo, exploraremos a fondo qué es un escritor fantasma, cuáles son sus funciones, y por qué su papel es crucial en la industria editorial y en cualquier ámbito en que se necesite transmitir bien un mensaje.
¿Qué es un Escritor Fantasma?
El escritor fantasma es un profesional de la escritura que crea contenido en nombre de otra persona y, por lo general, permanece en el anonimato. Los encargos que se le hacen son de lo más variado: desde un simple artículo hasta una novela, pasando por discursos, blogs o posts en redes sociales.
Si bien el escritor fantasma produce el material, su autoría se atribuye a quien lo contrata. Eso implica que nunca podremos estar seguros de que la persona que figura como autor de una obra (ya sea un escritor de renombre, un político o cualquier personaje público) ha sido el que realmente la ha escrito. Por supuesto, hay personas que reconocen que han encargado la redacción final a un escritor fantasma. En estos casos, más que de “escritor fantasma” cabría hablar de persona que colabora en la redacción de un texto, pues el término “fantasma” denota anonimato.
Pero ¿qué hace realmente un Escritor Fantasma?
El trabajo del escritor fantasma no se limita simplemente a escribir. Implica un proceso complejo de investigación, entrevistas, redacción, y revisión para garantizar que la VOZ, el estilo y el mensaje del texto final expresen el SENTIR de la persona que lo firma. Si el trabajo está bien hecho, esta debe reconocerse en lo escrito.
¿Quiénes Contratan a un Escritor Fantasma?
Podría parecer que la contratación de un escritor fantasma es excepcional; nada más lejos de la realidad. Es muchísimo más frecuente de lo que se piensa y, aunque CUALQUIERA puede necesitar de sus servicios, los perfiles más comunes de cliente de un escritor fantasma son:
1. Personajes famosos: Celebridades televisivas, políticos y todo tipo de figuras públicas recurren a un escritor fantasma para escribir sus memorias o autobiografías. Que alguien sea BUENO en algo no significa que lo sea en TODO. Los que han llegado muy lejos, como profesionales de lo SUYO, son los primeros en ser conscientes de que conseguir la excelencia en cualquier disciplina es algo que no está al alcance de todos y eso se aplica también a la escritura.
2. Empresarios y coaches: Es frecuente que los CEO o los altos ejecutivos de una empresa escriban a través de un escritor fantasma libros de liderazgo y gestión empresarial. Ellos saben mucho de lo suyo y buscan la experiencia de un profesional para que les ayude a verter sus conocimientos en el papel.
3. Bloggers y Creadores de Contenido: Incluso gran cantidad de bloggers, influencers y dueños de negocios digitales, que necesitan mantener una calidad y coherencia en sus publicaciones, prefieren contratar a un escritor fantasma y dedicar su tiempo y energía a los aspectos centrales de sus negocios.
4. Políticos: Sí, también los discursos de los políticos e incluso los artículos de opinión que publican en prensa son escritos en ocasiones por un escritor fantasma. Eso libera al político para dedicar su tiempo y energía a realizar las labores para las que, en realidad, ha sido votado: servir a la ciudadanía y gestionar la cosa pública.
5. Y, en definitiva…, personas de a pie: cualquiera puede necesitar contratar alguna vez en su vida a un escritor fantasma. Las personas, más que de carne y hueso, estamos hechos de historias. Y queremos contar y compartir esas historias: nuestra vida, nuestras experiencias, nuestros anhelos… Igual que no saber fontanería no impide a nadie contratar a un profesional para que le arregle un grifo, no debería impedirle tampoco contratar a un escritor fantasma para dar vida en el papel a su historia personal.
¿Por qué contratar a un Escritor Fantasma?
Tienes un proyecto de escritura (una novela, un ensayo…) al que quieres dar vida, pero dudas de tu capacidad para conseguir un buen resultado. Contratar a un escritor fantasma cuesta dinero…, así que ¿vale la pena hacerlo? Eso depende de en cuánto valores lo que vas a obtener.
1. Tu tiempo es oro: Escribir bien lleva tiempo y según lo que se desee escribir hay que invertir muchas horas, días o, más a menudo, varios meses. Contratar a un escritor fantasma te permite liberar tiempo valioso que puede ser dedicado a otras responsabilidades o proyectos.
2. Calidad profesional: El escritor fantasma es un profesional experto que te puede garantizar un resultado excelente: que aquello que has imaginado en tu cabeza se vea reflejado en el papel de una manera estructurada, atractiva y libre de errores.
3. Llegar a un mayor número de lectores. A fin de cuentas, todos escribimos para que nos lean. Un escritor fantasma es como un altavoz: proyecta tu voz mucho más lejos de lo que tus desnudas cuerdas vocales podrían hacerlo. ¿Cuántas buenas ideas se han quedado en el cesto de los “proyectos que no han visto la luz”?
4. Monetizar tu idea: El verbo “monetizar” está de moda y eso es porque a todo el mundo le gusta que su trabajo le reporte alguna ganancia. Esa ganancia puede ser simplemente moral (la satisfacción de dejarle a tu familia y amigos una historia de tu vida y experiencias que pueda serle útil en sus propias vidas) o económica. En este último caso, tu libro no difiere de cualquier otra empresa: necesitas invertir algo para sacar más. Probablemente la mejor inversión que puedas realizar sea la contratación de un escritor fantasma que facilite ese rendimiento económico que buscas. Si lo haces bien, los beneficios que obtengas justificarán sobradamente tu inversión.
El Escritor Fantasma en la Era de Internet
Si ya tenía un papel relevante en el mundo analógico, en la era digital, la importancia del escritor fantasma se ha multiplicado por diez. Antes, solo unos pocos favorecidos con el don de la escritura podían acceder al gran público. Ahora, las redes sociales han dado voz a todo el mundo y, en cierta manera, han democratizado la palabra. La mejor y más eficaz manera de tomar parte de esa gran “conversación digital” en la que participamos todos es enviando mensajes de calidad, sugerentes y bien escritos. El escritor fantasma es un mediador clave entre el EMISOR y el RECEPTOR. Metafóricamente, su función sería la de favorecer una “transmisión nítida” en un mundo de “transmisiones con interferencias”.
Como hemos dicho más arriba, los blogs y el marketing de contenidos compiten encarnizadamente por hacerse un sitio en el saturado ciberespacio. Las técnicas de SEO y posicionamiento en los motores de búsqueda son una de las armas al alcance de quien busque VISIBILIDAD. La otra arma fundamental es la escritura (tanto en la forma como en el contenido). No es de extrañar, pues, que la demanda del escritor fantasma haya crecido exponencialmente. Las empresas necesitan nutrir a sus clientes con un flujo constante de contenido de calidad que les permita mantenerse relevantes en sus respectivos sectores, y el escritor fantasma es el medio privilegiado del que se valen para ello.
¿Es inmoral la contratación de un escritor fantasma?
Para muchos, contratar a un escritor fantasma es HACER TRAMPA. Resulta que alguien me escribe un BEST-SELLER y soy yo quien aparece ante los demás como el autor, recibiendo el aplauso del público y el dinero producto de las ventas del libro. Pero no siempre es así.
Si yo soy, digamos, un voluntario en una ONG y durante años he atesorado una serie de experiencias increíblemente humanas que deseo transmitir al mundo, ¿está mal que contrate a un escritor fantasma para que vierta en el papel todas esas vivencias de manera que puedan llegar a un mayor número de personas? No nos cansaremos de repetirlo: no todo el mundo puede hacerlo todo y por eso existe la diversificación del trabajo, es decir, la especialización de las personas en diferentes tareas, a ser posible, en aquellas para las que están mejor dotadas, sean estas las que sean. El escritor fantasma no es más que uno de esos especialistas. No parece muy justo que una persona, por el hecho de no poseer el don de la escritura, no pueda ofrecer al mundo sus experiencias, sus ideas o sus inquietudes.
La cámara fotográfica da vida a esos pequeños fragmentos de nuestra existencia que reflejan un poco lo que somos. El escritor fantasma es, en ese sentido, como una cámara fotográfica. Pero los fragmentos a los que el escritor fantasma da vida son más profundos, pues son los que llevamos dentro. Es como un mago que sabe abrir la caja donde guardamos nuestras historias y les pone alas, para que, en definitiva, nosotros también, podamos proyectar nuestro mensaje y nuestra voz al resto del mundo.